Guía Interactiva

Fiebre Persistente en Pediatría

1. Definición de Fiebre Persistente

La fiebre es un signo común en pediatría, pero la "fiebre persistente" o "fiebre de origen desconocido" (FOD) en niños se refiere a una condición específica. Generalmente se define por los siguientes criterios:

Temperatura oral de >= 38.3°C (o equivalente rectal/timpánica).
Este es el umbral estándar de fiebre para la definición de fiebre persistente. Es crucial medir la temperatura de forma fiable y consistente.
Duración de la fiebre por al menos 8 días.
La cronicidad es un factor clave. Episodios febriles más cortos suelen tener una causa más obvia y de resolución rápida, no siendo considerados FOD.
Sin un diagnóstico establecido después de una evaluación inicial completa que incluya historia clínica detallada, examen físico y pruebas de laboratorio rutinarias.
La ausencia de un diagnóstico claro tras una primera ronda de investigación es lo que cataloga la fiebre como "persistente" o "de origen desconocido". Requiere una búsqueda más exhaustiva de la causa.

Es importante diferenciarla de episodios febriles agudos recurrentes que tienen una causa clara. La persistencia de la fiebre sin una explicación obvia exige una investigación más profunda para identificar la causa subyacente, que puede ser infecciosa, inflamatoria, neoplásica o, en menor medida, de otro origen.

Comprueba tu conocimiento:

¿Cuál de los siguientes criterios NO es esencial para definir la fiebre persistente en pediatría?

2. Manejo Escalonado de la Fiebre Persistente

El manejo de la fiebre persistente en pediatría es un proceso escalonado que busca identificar la causa minimizando procedimientos invasivos innecesarios. Se recomienda una estrategia sistemática:

Paso 1: Re-evaluación y Observación Inicial
  • Historia Clínica y Examen Físico exhaustivos: Buscar pistas pasadas por alto, incluyendo viajes, exposiciones, antecedentes familiares y revisión completa de síntomas.
  • Revisión de estudios previos: Asegurarse de que no se haya omitido ningún resultado relevante o que los resultados anteriores sean interpretados correctamente.
  • Observación: En algunos casos, la fiebre puede resolverse espontáneamente sin un diagnóstico específico. Es crucial mantener la vigilancia clínica.
Paso 2: Pruebas de Laboratorio y Gabinete Dirigidas
  • Pruebas de primera línea: Hemograma completo, velocidad de sedimentación globular (VSG), proteína C reactiva (PCR), urocultivo, hemocultivos (si hay picos febriles o sepsis), electrolitos, función hepática y renal.
  • Pruebas específicas: Basadas en la re-evaluación clínica (ej., serologías virales para EBV, CMV, HIV; cultivos específicos para micobacterias u hongos; estudios de imagen como radiografía de tórax, ecografía abdominal, etc.).
Paso 3: Consulta con Especialistas y Estudios Avanzados
  • Interconsultas: Reumatología (para enfermedades autoinmunes/inflamatorias), infectología (para infecciones raras o complejas), hematología/oncología (para sospecha de neoplasias), nefrología (para afecciones renales), según las sospechas clínicas.
  • Estudios de imagen avanzados: TAC, resonancia magnética (RM), PET scan si hay alta sospecha de malignidad o infección localizada no identificada por métodos previos y la clínica lo justifica.
  • Procedimientos invasivos: Biopsias (médula ósea, ganglios linfáticos, tejido sospechoso) o punciones lumbares, solo si hay fuerte indicación clínica y poca probabilidad de diagnóstico con métodos menos invasivos.
Paso 4: Terapia Empírica y Re-evaluación Continua
  • Antibióticos empíricos: Solo en casos seleccionados con alta sospecha de infección bacteriana grave y sin posibilidad de diagnóstico rápido, evitando el uso indiscriminado que puede enmascarar o retrasar el diagnóstico etiológico.
  • Corticosteroides: Generalmente no recomendados de forma empírica hasta descartar infecciones y neoplasias, ya que pueden enmascarar o empeorar ciertas condiciones, complicando el diagnóstico.
  • Seguimiento: Re-evaluar continuamente la historia, el examen físico y los resultados de las pruebas a medida que surgen nuevas pistas, manteniendo un enfoque flexible y dinámico en el seguimiento del paciente.

Comprueba tu conocimiento:

En el manejo escalonado de la fiebre persistente, ¿cuál de las siguientes afirmaciones es la más adecuada?

Bibliografía Recomendada
  • Long, S. S., Pickering, L. K., & Prober, C. G. (Eds.). (2018). Principles and Practice of Pediatric Infectious Diseases (5th ed.). Elsevier. (Capítulo sobre Fiebre de Origen Desconocido).
  • Kliegman, R. M., St. Geme, J. W., Blum, N. J., Shah, S. S., Tasker, R. C., & Wilson, K. M. (Eds.). (2020). Nelson Textbook of Pediatrics (21st ed.). Elsevier. (Sección sobre Fiebre de Origen Desconocido).
  • Comité Asesor de Vacunas de la AEP. (2023). Manual de Vacunas en Pediatría. Asociación Española de Pediatría. (Aunque no es directamente sobre FOD, contiene información relevante sobre infecciones).
  • Arana, M. A., et al. (2021). Protocolo diagnóstico y manejo de la fiebre de origen desconocido en niños. Protocolos de la AEP. (Consultar la última versión disponible en la web de la Asociación Española de Pediatría).
  • Artículos de revisión en revistas especializadas como Pediatrics, Journal of Pediatrics, The Pediatric Infectious Disease Journal.

Nota Importante: Esta guía es solo para fines educativos y no reemplaza la consulta y el juicio clínico de un profesional de la salud. Las pautas de manejo pueden variar según la región y las actualizaciones científicas. Siempre consulte las directrices clínicas más recientes y a un médico para cualquier diagnóstico o tratamiento.